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  • Foto del escritorLaura Leoz Dramaterapia

FALTA DE MOTIVACIÓN

Las últimas semanas han estado llenas de cambios, restricciones, noticias y proclamaciones que nos han afectado a tod@s en nuestro día a día. Es una situación que va a continuar indefinidamente mientras la Covid-19 sigue en nuestras vidas y lo único que sabemos con certeza es que nos toca un futuro lleno de incertidumbre, en el que planear nada va a ser difícil.


El efecto de la incertidumbre en nosotr@s mism@s se manifiesta de diferentes maneras y lo procesamos de diferentes maneras, pasando por diferentes etapas. Para mi las ultimas semanas han llegado a una falta de motivación en la que se me hace difícil hacer lo que debería cada día.


Esta falta de motivación, para mi, es una abrumación de todos los sentimientos que se me hacen demasiado grandes, me sobrecogen y siento todos y ninguno a la vez, pues no soy capaz de procesar ninguno del todo.


Ese bloqueo de procesamiento me lleva a una apatía y a un bloqueo general, pues no tengo acceso a mi voluntad, ya que estoy atascada en mis emociones.


Mi terapeuta me solía decir que debía aprovechar estos momentos para hacer un trabajo introspectivo, alejarme del mundo exterior y conectar conmigo misma pues mi inconsciente me está intentando comunicar una dificultad a la que debo atender.


Esto está muy bien, y puede que en un mundo ideal pudiera hacer eso mismo, pero en nuestra vida diaría tenemos responsabilidades que no podemos dejar de lado. Por lo que he aprendido a lo largo de los años a identificar esas responsabilidades y los quehaceres que me gustaría atender cada semana. Hago la lista física.


En la lista incluyo cosas profesionales, personales e incluso básicas, como puede ser ducharme. Una vez que la lista está completa, la miro, la leo y la re-leo, y voy marcando las cosas absolutamente esenciales que debo hacer hoy mismo.


Así reduzco mi trabajo a un mínimo manejable, sabiendo que no he ignorado ni dejado a un lado todo lo demás, si no que he dado prioridad a lo esencial. Aprender a hacer esto ha sido todo un proceso, pero creo que ahora estoy en un momento en el que consigo hacerlo bastante bien.


Durante el día, a medida que voy haciendo las cosas esenciales que he marcado, me aseguro de tacharlas, pues me trae una satisfacción el tachar las cosas de la lista que luego me motiva a seguir con el siguiente trabajo del día.


Al final del día, miro lo que me queda por hacer y preparo la lista del día siguiente con lo esencial para mañana. Así, día tras día, elijo lo esencial, hago ese mínimo mientras mantengo la visión general de mi vida, no la dejo ir y desmadrarse, pero honro mi necesidad de introspección y doy prioridad a lo que mi proceso y mi ser me están pidiendo.


No siempre es fácil, pero es un ejercicio que se me hace más fácil cada vez que tengo que hacerlo, y cada vez que me adentro en mi misma y atiendo a lo que surge de mi inconsciente, aprendo mucho, crezco como persona y llego a una perspectiva de mi misma y mi vida nueva.


Me pregunto qué aprenderé esta vez y dónde llegaré.


¿Y tú? ¿Cómo manejas la necesidad de introspección con las demandas del día a día?


Si quieres explorar esto en más profundidad, no dudes en contactar conmigo para adentrarnos en un proceso de terapia Sésamo para descubrir lo que haya para descubrir.


Un abrazo



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