En la última entrada del blog reflexioné y pregunte sobre lenguaje inclusivo y vuestras respuestas me han ayudado a darme cuenta de que en mi intento de ser inclusiva con la comunidad LGTBIQ+, había olvidado otras comunidades que muchas veces ignoramos en la sociedad.
En mi caso, había ignorado a la comunidad discapacitada. La gente con problemas de visión utiliza apps de lectura para poder leer lo que publicamos en internet y las redes. Cuando escribimos una @ o una x para indicar que no nos referimos sólo a un género o a un género específico, hacemos que estas apps no sepan leer la palabra y hace que ese contenido no sea accesible.
Gracias a les que me habéis hecho consciente de mi propia ignorancia. Al no conocer a nadie directamente que utiliza esta tecnología, ni siquiera se me había ocurrido que podía ser un problema para alguien. No es que lo hiciese a posta, pero la ignorancia general en nuestra sociedad, la poca importancia que se le da a la accesibilidad, hace que excluyamos a gente sin darnos cuenta.
No debería ser necesario conocer a alguien con cada discapacidad, cada identidad de género, de sexualidad, raza, religión o cualquier otra faceta que pueda hacer que alguien sea diferente a mi. Simplemente deberíamos tener suficiente reconocimiento en la sociedad en general y crear un mundo en el que pertenecer a cualquier grupo de personas, mayoría o minoría, no debería presentar un obstáculo para el día a día.
Ese mundo es una utopía, por ahora, pero no podemos usar eso como excusa para no mejorar. Escuchar, estar abiertes a equivocarnos, tener suficiente humildad como para poder admitir que a veces nos equivocamos y hacemos daño a gente sin querer, es muy importante. Me gusta la metáfora de navegar en el mar. Necesitamos unos conocimientos, debemos educarnos en medida de lo posible antes de zarpar. Viene bien tener un equipo, un grupo de gente de apoyo que te puede guiar y ayudar cuando las cosas se ponen un poco feas.
Pero una vez hecho esto, tenemos que zarpar, estar atentes al mar, al tiempo y al viento. Tenemos una ruta pensada, pero tenemos que tener la flexibilidad de cambiar de rumbo en cualquier momento, respondiendo a los cambios que ocurren a nuestro alrededor.
En la psicología analítica de Jung, el mar muchas veces se ve como un símbolo de lo desconocido, de lo que yace en nuestro inconsciente. Nunca sabes lo que puede surgir de las aguas del mar, las cosas pueden cambiar de un momento para otro y nunca hay garantías o certezas puras.
Lo mismo ocurre con nuestro día a día, nunca sabemos lo que puede surgir. Esta pandemia nos ha demostrado muy claramente que las cosas pueden cambiar en cualquier momento y que todo lo que dábamos por seguro y cierto no siempre lo es. Esto puede generar mucha frustración, ansiedad, nos puede paralizar, pero también nos ofrece la oportunidad de ser flexibles, de navegar, de aprender y adaptarnos a lo que viene.
Pasa exactamente lo mismo con la inclusión y el lenguaje inclusivo. No podemos aprenderlo todo de una vez y ya saberlo, pues el lenguaje va cambiando, los mares que surcamos cambian. Yo estaba empeñada en cruzar el mar del lenguaje LGTBIQ+ y sin darme cuenta terminé en el mar de la discapacidad. Ambos mares son parte del océano de la humanidad, pero menos mal que os tenía a vosotres para apoyarme y enseñarme cómo navegar también por estas aguas.
Lo mejor de toda esta situación es que junio fue el mes del orgullo LGTBIQ+, pero julio es el mes del orgullo de la discapacidad. Por lo que os invito a aprovechar este mes para ir aprendiendo más sobre la comunidad de la discapacidad, escuchar a las voces de esta comunidad tan diversa y que nos puede educar a ser mejores, más considerades y más inclusives.
Si tienes más comentarios o respuestas a esta entrada del blog no dudes en ponerte en contacto con nosotres aquí mismo en el blog, en nuestras redes sociales o en nuestra página web, terapiasesamo.com.
Si quieres explorar más profundamente en tus propios puntos de ignorancia, tus suposiciones y prejuicios, no dudes en contactar con nosotres para hacer una cita y seguir por este camino con nosotres y la Terapia Sésamo.
Un abrazo
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