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  • Foto del escritorLaura Leoz Dramaterapia

LUZ

Hemos adelantado una hora, los días son más largos, el tiempo empieza a calentarse y parece que nos adentramos de verdad en la primavera. Según la mitología Sumeriana el marido de Inanna, Dumuzzi, ha vuelto del inframundo; en la mitología Griega es Perséfone quien vuelve a su madre, Démeter; y según la creencia Cristiana nos preparamos para la resurrección de Cristo, el hijo de Dios.


Pero todas estas vueltas del inframundo, de la cueva, de las entrañas de la tierra, traen como consecuencia la vuelta de la fertilidad, el calor, el canto de los pájaros, los días de trabajo y celebración en los campos. Después de la oscuridad del invierno, vuelve la luz.


En todas estas historias vemos los patrones de la pérdida, la oscuridad y el sufrimiento por un lado y la esperanza, la transformación y la luz por otro. Estos patrones se repiten en mitologías y creencias de la mayoría de civilizaciones y culturas conocidas del mundo. Cada agrupación lo cuenta de manera diferente, pero esos símbolos de la experiencia humana perduran.


Las historias nos dan imágenes, palabras y metáforas concretas, físicas y fáciles de entender que nos ayudan a concretar, expresar y entender esas experiencias emocionales y/o espirituales que a veces se nos hacen demasiado grandes, eluden nuestra comprensión y nos pueden aislar de l@s demás porque no podemos imaginar que nadie más haya pasado por lo mismo.


Este lenguaje simbólico y metafórico nos ayuda a entendernos a nosotr@s mism@s y a encontrar a nuestra "tribu". Puede que sea una tribu literal, la agrupación de gente de la que provengo, en la que me he crecido y formado y de la que formo parte. O puede ser un grupo de personas que busco y encuentro porque, sin compartir esas raíces culturales, geográficas e históricas, compartimos formas de entender el mundo, de expresarnos y entendernos, puede que las raíces que compartimos sean de creencia, concepción, entendimiento o espíritu.


Por eso en la terapia Sésamo utilizamos cuentos y leyendas de diferentes culturas y partes del mundo. Porque es fascinante encontrar las similitudes y empezar a ver la esencia de lo que es la experiencia humana. Pero también nos puede enriquecer el conocer las diferencias, aprender las diferentes maneras de entender, ver y expresar esas mismas experiencias.


Conociendo el mundo desde el punto de vista de otra persona, de otra cultura, de otra creencia, nos puede ayudar a profundizar y conocer nuestro propio punto de vista. Esto nos lleva a hacernos conscientes de muchas cosas que simplemente hemos dado por hecho porque nuestro entorno lo ha dado por hecho también.


Al hacernos conscientes de las imágenes, metáforas e historias que usamos para narrar nuestra vida y nuestro mundo, empezamos a tomar responsabilidad y control de nuestra vida, y podemos empezar a ser narrador@ e incluso escritor@ de esa historia, en vez de ser un personaje pasivo.


Por lo que os invito a tomar este comienzo de primavera, esta vuelta a la luz, para empezar a haceros conscientes de cómo veis, entendéis y concebís el mundo, y haceros preguntas. Por ejemplo: ¿De dónde viene? ¿Resuena de verdad con quién soy? ¿Me ayuda en mi camino hacia quien quiero ser?


Si empiezas este camino y decides que te gustaría ser acompañad@, profundizar más, compartir, preguntar o conocer a más gente en un camino parecido, escríbeme o inscríbete a mis talleres mensuales en Izarpe, San Sebastián. Más información en la página web.


Un abrazo



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