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El mes que viene cumpliré un año trabajando como terapeuta de Drama y Movimiento Sésamo en España, y junto con la llegada del final del año, empiezo a hacer balance de este primer año como profesional autónoma.
Este año ha sido raro, diferente, frustrante, creativo, lleno de crecimiento e introspección. Más de una vez me he planteado la pregunta, ¿Por qué quiero trabajar en España, donde mi profesión no es reconocida, ni regulada, ni conocida por much@s?
Cada vez que esta pregunta se me ha presentado, he revertido a este artículo (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S021391111930086X) Aunque se publicó el año pasado, creo que las tendencias del tratamiento y apoyo psicológico en España no han cambiado mucho. Incluso, después de este año tan complejo, estoy segura de que seguimos los mismos patrones que el resto del mundo en un auge en la demanda de apoyo terapéutico para procesar y gestionar todo lo que ha surgido a lo largo de estos meses.
Tener un estudio como este, hecho en España, comparando todas las comunidades autónomas y detallando tanto los patrones generales, como las diferencias individuales, me ayuda a motivarme. El hecho de que al rededor de un 20% de personas Españolas sientan la necesidad de este tipo de apoyo; de que los servicios ofrecidos por la sanidad pública sean tan limitadas en comparación con otros países, tanto Europeos como del resto del mundo; y de que los cambios sociales y globales están ocurriendo cada vez más rápidamente, me recuerda que lo que yo ofrezco tiene su sitio, y cubre una necesidad real en nuestra sociedad actual en la península.
El estudio menciona datos interesantes, como la tendencia de una mayor necesidad y vulnerabilidad de las mujeres en este ámbito y la falta de planes estratégicos para abordar esta diferencia entre los géneros (me pregunto, ¿Dónde entran todas esas personas que no son ni hombres ni mujeres?).
También se ve una gran diferencia en el tratamiento ofrecido a las mujeres en comparación con los hombres, en varias comunidades el número de mujeres con prescripción de tranquilizantes y/o antidepresivos es unas tres veces mayor que los hombres. Este dato es especialmente impactante cuando vemos que no coinciden, ni remotamente, con las diferencias de porcentaje de diagnóstico ni percepción de mala salud entre los géneros.
Lo que yo veo en los resultados de este estudio es que tenemos que ofrecer más variedad de apoyo psicológico a la población en general, tanto para poder apoyar al amplio porcentaje de personas que lo necesitan, como para poder agilizar la llegada de la ayuda psiquiátrica a aquellas personas que de verdad la necesitan.
También veo la necesidad de desarrollar estrategias específicas que aborden las diferencias de tratamiento y acceso a apoyo terapéutico de las mujeres. Esto lo mencionan también los autores del estudio.
Por último, me pregunto cómo podemos mejorar este tipo de estudios para incluir y respetar a nuestra sociedad moderna en la que las diferencias de género ya no se dividen solamente en dos grupos. Sería interesante poder conocer estos mismos datos para diferentes segmentos de la sociedad en cada comunidad autónoma, ya sea por género, orientación sexual, (dis)capacidad, orígen, edad, etc.
Si tú sientes que quieres apoyo psicológico en tu vida, no dudes en contactar conmigo para ver cómo te puede ayudar la terapia Sésamo.
Un abrazo
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