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  • Foto del escritorLaura Leoz Dramaterapia

LA DUALIDAD EN LA VIDA

El viernes pasado ofrecí un taller en Izarpe, en Donosti, en el que pensaba mirar el tema de las tradiciones, del papel que cumplen en nuestra vida y empezar a pensar en cómo podemos adaptar esas tradiciones para que sigan aportando lo que necesitamos mientras también respetamos la situación de pandemia actual.


Aunque empezamos con este tema, como muchas veces pasa en terapia y en la vida, terminamos viendo que el tema que surgía una y otra vez era el tema de la dualidad. Así que adaptamos la sesión a lo que nos pedía el momento y terminamos mirando más en profundidad la dualidad, dónde se presenta, cómo nos afecta y el papel que cumple en nuestras vidas.


Y desde entonces sigo viéndolo cada vez más. Hace mucho que soy consciente de la dualidad presente en nuestra vida. Uno de los primeros conceptos que recuerdo haber aprendido es el hecho de que nuestra vida se divide en día y noche; que en uno hay luz y en el otro oscuridad; que durante el día nos movemos, salimos de casa, hacemos cosas y hay ruido, pero durante la noche dormimos, estamos quiet@s y hay silencio.


Pero cada vez que me vuelvo a concienciar sobre la dualidad de la vida, voy dándome cuenta de cómo se extiende a todos los áreas de la vida. Tenemos la gran dualidad de la vida y la muerte, que en el mundo occidental, por lo general, solemos intentar ignorar. Esta pandemia, en cierto modo, nos ha obligado a enfrentarnos a la realidad de la muerte en nuestras vidas, a la fragilidad de nuestro día a día que solemos dar por hecho y que no siempre valoramos como deberíamos.


Pero también hay dualidades más sutiles que pueden llegar a tener un gran efecto en nuestra vida. Como pueden ser las diferencias en personalidad y cómo estas afectan a las dinámicas de grupo y/o familia. Muchas veces cuando hay un jefe muy opresivo, el resto de los trabajadores se vuelcan hacia el lado opuesto de sumisión o al extremo de rebeldía en contra de su autoridad.


A veces nos sorprenden nuestras reacciones, o las reacciones de los demás en estas circunstancias, por que solemos vivir en el espacio intermedio, con tendencia hacia un lado u otro, pero cuando entramos en una dinámica en la que alguien está en un extremo, solemos buscar el equilibrio instintivamente y, generalmente, inconscientemente. Este equilibrio puede ser haciendo contrapeso, o juntándonos con el mismo extremo, dependiendo de la tendencia que tengamos.


Por eso, cuando un comportamiento nos sorprenda, tanto de nosotr@s como de otr@s, mira al rededor. ¿Qué relaciones hay en las que puede que estemos, o estén, buscando el equilibrio?


Si conocemos nuestras tendencias, nuestras reacciones ante ciertas situaciones y empezamos a entender las raíces de ellas, solemos poder mantener el equilibrio en nosotr@s mism@s más fácilmente, ya que no es una reacción automática, inconsciente, si no que podemos tener más consciencia y elección. No es fácil, y es importante no exigirnos demasiado, estas cosas son complejas y los cambios son procesos, por lo que necesitan su tiempo. Pero el hacernos conscientes es el comienzo de una transformación que nos cambiará de maneras que no podemos predecir.


Con este pensamiento y esta reflexión, os deseo a tod@s unas felices fiestas, sean las que sean las fiestas que celebréis, de la manera que mejor os sirva y honre vuestras propias necesidades.


Un abrazo



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