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Este verano he cumplido un año desde que terminé mi Máster y he estado reflexionando en todo lo que ha ocurrido durante este año, que no ha sido poco, pero también en el proceso personal que viví durante el curso.
Un momento que he recordado muy vivamente los últimos días es de la tercera semana del curso, cuando lloré por primera vez con mis compañer@s. Desde pequeña he sido alguien que sentía emociones fuertes y he llorado mucho. Pero en la adolescencia mucha gente de mi alrededor dejó de aceptar mis lloreras, se empezaron a burlar de mí, y yo aprendí a reprimir mis lágrimas hasta sólo llorar a solas.
Una vez adulta, encontré algun@s amig@s con l@s que me sentía suficientemente segura como para llorar, pero muy de vez en cuando y en situaciones específicas. Aun así, cada vez que sentía las lágrimas, intentaba pararlas, y me daba mucha vergüenza y miedo que me rechazasen otra vez por expresarme llorando.
El comienzo del Máster fue duro. Estaba viviendo en Londres, donde no conocía a nadie, embarcando en un curso académico duro mental y emocionalmente y enfrentándome a mis miedos, sentimientos y vivencias más profundas y transformadoras. Una de las cosas que tuve que volver a aprender fue a aceptar mi necesidad de llorar, y tuve la suerte de que mis compañer@s facilitaron este proceso con su propia aceptación de esas lágrimas.
Esa fue una de mis primeras lecciones en el curso, llorar no es ni bueno ni malo, es una expresión de nuestras emociones, muchas veces inconscientes, que no solemos poder expresar verbalmente hasta que desbloqueamos algo llorando. Pero muchas veces lo que importa no es la expresión en sí, si no la aceptación de esa expresión, tanto por nosotr@s mism@s como por l@s demás.
Después de pasar años reprimiendo una de mis maneras de expresión, el curso me ayudó a recuperar mi propia aceptación de las lágrimas, a valorarlas como algo que ayuda a aflorar mi vida emocional, a conocerla y a seguir creciendo y conociéndome cada día un poco mejor.
¿Tú cómo te expresas? ¿Aceptas tus maneras de expresión emocional? ¿O tienes a gente a tu alrededor que te puede ayudar a aceptarte?
